Colgar cuadros en tu casa es todo un arte, pero tampoco te asustes. ¿Te atreves con estas pistas que te doy?
A pesar del minimalismo por el que apuestan muchas personas para sus hogares, yo soy de la idea de que un hogar sin cuadros o sin fotografías colgadas en las paredes da la sensación de estar a medio decorar. Que les falta algo…
Siendo una tendencia decorativa al alza, los considero elementos indispensables, pues con ellos podemos definir mejor nuestro propio espacio.
Pero colgar tus cuadros y ordenarlos para completar una pared requiere de cierto estudio. Y puede llegar a ser un ejercicio complicado si queremos darle un toque visual que salga de los lugares comunes.
Entre otras cosas, es importante pensar en los volúmenes creados por los propios cuadros o por la perspectiva. Esta última puede ser creada o reforzada por medio de una línea de pinturas o fotografías cuidadosamente colocadas en una pared.
Colgar bien un cuadro es todo un arte
En decoración siempre decimos que no hay normas absolutas, porque muchas decisiones al final dependen del gusto de cada uno. Sin embargo, sí podemos considerar que hay una serie de patrones no escritos que hacen que las cosas luzcan mejor. Algo así como unas guías básicas e infalibles.
Piensa que los cuadros, así como los espejos, son herramientas decorativas muy poderosas y útiles, porque ayudan a reforzar el estilo decorativo y aportan valor al conjunto. Siempre y cuando estén bien colocados, claro. Porque, aunque no lo creas, tan solo con un cuadro mal ubicado podemos generar un “ruido visual” ciertamente desagradable, que distorsione nuestra decoración.
En primer lugar, los cuadros que coloques en casa tienen que encajar con tu estilo, porque hablan de ti. Ya sea una pintura vanguardista, un mapa antiguo o una obra con motivos vegetales. Por lo que, en primer lugar, has de pensar bien qué te apetece que tus cuadros revelen sobre ti y tu casa.
Cualquier estancia, el recibidor, un pasillo, el salón, la sala de estar, tu dormitorio, e incluso el cuarto de baño o la cocina son lugares donde puedes poner perfectamente tu toque de personalidad.
En este post vamos a ver cómo decorar una pared con cuadros de distintos formatos, tamaños y temáticas que en apariencia puedan dar una sensación de colocación aleatoria, pero consiguiendo un resultado perfecto.
La pared en sí no influirá a la hora de componer un collage auténtico y muy personal. Me refiero a su terminación en concreto, pudiendo ser lisas, enladrilladas, con vinilos o forradas en papel o madera, blancas, negras, de colores, etc. En nuestro proyecto de decoración siempre se podrá incorporar algún color que coordine y unifique tanto el mobiliario como el detalle de algún cuadro.
Piensa también que los cuadros no solo son decorativos, sino también grandes aliados para separar ambientes. Los cuadros son un complemento y por eso deberíamos tener bien clara la distribución de los muebles principales antes de empezar a colgarlos. Después es importante evaluar el espacio que tenemos en cada muro y en base a eso elegir el tamaño de los cuadros.
Tres pistas antes de empezar: mide y visualiza
Te parecerá obvio, pero no todo el mundo se para a hacerlo: ¡Mide tu pared! En altura y en anchura, y ten muy en cuenta hasta dónde va a colocarse el cuadro o los cuadros para no sobrepasar sus límites.
Primera pista: si hay un elemento debajo, que el cuadro no esté más cerca del techo que de ese objeto. Si lo vas a colocar encima de un sofá, cabecero, armario, etc. intenta dejar un espacio de entre 30 y 50 cm entre el final del mueble y el cuadro sin que quede muy pegado al cielo, y unos cm entre los cuadros más altos y el techo. Pero siempre debe estar más separado del techo que del mueble. Y el cuadro siempre debe ser más estrecho que el mueble sobre el que se coloca.
Regla de los dos tercios
Si tienes un sofá de 3 metros, la composición o cuadro que coloques encima debería tener, por lo menos, 2 metros. Entonces sobre un sillón de dos o más plazas es conveniente colocar un cuadro horizontal, porque uno vertical competiría en protagonismo con el sillón y se vería desproporcionado.Segunda pista: si no tiene nada debajo, debería quedar a la altura de los ojos. Debe tomarse como referencia el punto de vista del espectador, por lo que una altura de entre 1,50 y 1,70 m del suelo resultará adecuada para que las imágenes no se deformen. Puedes dibujar (mental o físicamente) un eje central que te ayudará a centrar los cuadros de la composición.
Tercera pista: en cuanto a la altura y la distancia idóneas si son varios cuadros… ¡Las medidas justas! Cuanto más pequeños son los cuadros, deberás dejar menor distancia entre ellos. Y cuanto más grandes, mayor. Mi recomendación es que dejes siempre un mínimo de 5 o 10 cm. entre cuadro y cuadro, así no competirán entre ellos. Y elige el tamaño de los cuadros en proporción al de la pared. Pero ten en cuenta que, si es pequeña y solo colocas cuadros pequeños, puede verse ridícula. En este caso, combínalos con cuadros medianos.
Los marcos marcan estilo
Aunque la mezcla siempre es posible, no conviene que cada marco sea de un color o grosor. Lo mejor es que un color o un tipo de marco (blanco, negro o madera) sea el mayoritario y los que fueran diferentes (por ejemplo, sin marcos, marcos de color, etc.) estuvieran presentes en pequeñas dosis. Aquí tienes otra buena colección de indicaciones según como sea el marco.
De madera. Tonos claros para un estilo nórdico. Madera en tono medio o tirando a oscuro, para ambientes rústicos. Envejecida quedará genial en ambientes vintage.
En blanco. Si la pared es oscura, como gris o azul, entonces creará un vistoso contraste. Si la pared es blanca también, dará todo el protagonismo a la obra, ya sea una foto, una lámina o un print. Ideal para ambientes minimalistas.
En negro. Delimitará perfectamente la obra que enmarca. Además, sumará elegancia.
En dorado. Un toque glam o clásico, pero aun así procura no abusar de marcos de este color en una misma composición. Mejor que brille por sí solo.
Con molduras. Sin duda alguna sumará textura a la composición y a la decoración.
Compartir estilos. Es preferible que, si algunos de los cuadros comparten temáticas, por ejemplo, láminas de botánicas, de cómics, fotos de familia... compartan también el estilo del marco, ya que unifica la pared. Incluso convendría que se colocaran cerca para poder disfrutarlos en su conjunto.
…Y si tu presupuesto es escaso, invierte por lo menos en un buen enmarcado. Descartando pues una obra de arte, si queremos apostar por determinado lienzo o fotografía más económicos, al menos sí deberías invertir en una impresión de calidad (si es tuya) y en un buen enmarcado. Déjate pues asesorar acerca del grosor, el material, el color y el acabado que va mejor con la pieza que deseas enmarcar, pues la forma de hacerlo puede ser tan importante como lo que estás enmarcando.
Un cuadro, dos cuadros, tres cuadros…
Pero antes de ponernos a colgar, debemos aclarar una decisión que será importante: si estamos colocando solamente un cuadro, serán dos o incluso más. Analicemos la situación según cada caso.
Si el cuadro va solo: Los cuadros que van solos ganan de inmediato protagonismo y relevancia en un espacio, por eso es importante que queden centrados y en armonía con el resto de la decoración.
Es importante prestar atención a las dimensiones del cuadro, porque si es demasiado grande y la pared pequeña, quedará desproporcionado. Sucederá lo mismo si se trata de un cuadro de pequeño formato en una pared de grandes dimensiones. En este caso, lo mejor es desistir de la idea de un solo cuadro, y optar por crear una composición con diferentes marcos, independientemente de que contengan pinturas o fotografías.
Dos en serie: Esta modalidad es perfecta cuando tenemos dos cuadros de idéntico tamaño y/o motivos. Da sensación de orden y armonía simétrica, aportarán equilibrio a la decoración. Pero, aunque mezcles dos cuadros de diferente tamaño, motivos o marcos, también puede funcionar y dar un toque muy personal. Al final, se cumple lo dicho anteriormente: en decoración no hay ninguna regla escrita.
Si son tres: Se trata de un número impar y a priori imperfecto (así se percibe en diferentes tamaños), pero que pueden cobrar sentido especialmente cuando comparten el mismo color de marco o los mismos motivos o estilos pictóricos. Si resulta que son tres cuadros alargados y de medidas idénticas, te propongo colocarlos uno al lado del otro y a la misma altura. Además de crear sensación de orden, sumará verticalidad y los techos parecerán más altos.
¿Cómo colgar varios cuadros si son de diferentes tamaños?
Aunque yo sea partidaria de obras de gran formato, que se ubiquen solas en una pared de medidas proporcionadas, y con el necesario espacio alrededor para que respire, os voy a dar una serie de ideas para realizar estas composiciones.
En primer lugar, y antes de agujerear la pared, delimita el espacio que ocupará tu composición. Este perímetro imaginario te servirá para definir el lugar perfecto para cada pieza.
Ten en cuenta que a veces lo que a simple vista parece tarea fácil, puede complicarse. Especialmente si hablamos de una cantidad importante de marcos y nos cuesta visualizar el resultado.
Cuatro trucos para organizar tu composición:
Prueba a colocar los cuadros en el suelo y muévelos hasta dar con la combinación ideal antes de trasladarlos a la pared.
Haz un croquis dibujando sobre papel las distintas composiciones que imaginas.
Recorta tantas cartulinas como cuadros quieras colgar y simula la composición en la pared. Así podrás quitar y poner, asignando un cuadro determinado a cada recorte.
Pero si tienes a mano un ordenador, haz fotos de cada cuadro y con un algún programa, como podría ser perfectamente PowerPoint, empieza a componer.
¡Las paredes mandan! Busca el equilibrio y atentos a las reglas de composición
Hay muchas opciones para componer en una pared: en vertical, horizontal o en nube; con cuadros de distintos tamaños y formas o iguales; mezclando objetos diferentes… lo importante aquí es el equilibrio.
Sea cual sea el camino que recorras, para que el resultado se vea armónico y equilibrado se debería poder trazar una línea imaginaria que cruce los cuadros por el medio. Si la composición está bien montada, a partir de esa línea todos los cuadros deberían quedar a una altura promedio del suelo.
Recuerda, como hemos dicho antes, que al agrupar cuadros es importante considerar la separación entre unos y otros. La distancia dependerá del tamaño de los cuadros. Ahora repasemos diferentes opciones de composición.
Pureza y simetría o libre albedrío
Tú eliges. Si te gusta el orden, entonces apuesta por las composiciones en las que rija la simetría. La manera tradicional de poner tus cuadros es colocándolos uno al lado del otro, guardando la misma distancia entre ellos. Porque con las composiciones simétricas prácticamente te aseguras el éxito. Resultan más sencillas y son un acierto si buscas sensación de orden y equilibrio.
Pero si buscas dinamismo, entonces las composiciones irregulares encajarán mucho mejor con tu personalidad. Ten en cuenta que un estilo desordenado conlleva una minuciosa selección, para que el resultado sea visualmente agradable. Y es posible que vayas a necesitar algún elemento redondo u ovalado, porque te ayudará a acentuar el efecto asimétrico y hará más dinámica la composición.
En ambos estilos los cuadros se presentan alineados en todas las esquinas dando sensación de orden. La diferencia radica en que en el segundo los cuadros se muestran a distintas alturas.
También puedes colocar algunos cuadros siguiendo ciertas líneas, y otros de manera asimétrica. Y por supuesto, tener en cuenta los colores de los cuadros. Como harás varias pruebas hasta dar con el resultado óptimo... Importante: ve sacando fotos para facilitar la posterior elección de la composición ganadora.
Una galería en casa
En los últimos años, es tendencia crear galerías en paredes con muchas obras. Aunque al verlas puede dar la impresión de que son fruto del azar, estas composiciones están estudiadas y pensadas con antelación para ser equilibradas y no resultar caóticas, y hay unas normas a seguir para conseguirlo.
La primera es partir de la obra de mayor tamaño que nunca colocaremos en el centro, siempre en un lado. Después iremos colocando a su alrededor las demás asegurándonos de no poner dos piezas grandes o dos pequeñas juntas y cubriendo de lado a lado y de suelo a techo. Los colores también tienen que estar bien repartidos y es mejor si elegimos piezas en la misma gama cromática. Solo tres o cinco colores sería perfecto. Y los espejos son bien recibidos en estos montajes.
Tus cuadros colocados ¡hasta en el techo!
Es una idea muy original especialmente indicada para techos abuhardillados. Y también perfecta para los que no terminan de sentirse cómodos con la tendencia minimalista del “menos es más”. Aquí está claro que para ellos el “más es más”, y si te falta espacio para colocar tus cuadros en las paredes… ¡aprovecha el techo!
En vertical, en horizontal, o ¿Por qué no ambos?
Una composición vertical creará la sensación de que los techos son más altos. Y en horizontal, por contraste, resulta adecuada para pasillos o sobre sofás de más de tres plazas.
También crear formas geométricas equilibra el espacio de la pared. Juega entonces con las formas de los cuadros y crea una composición geométrica. Los cuadros centrales pueden ser del mismo tamaño. Y a los lados las figuras se pueden invertir.
Y no nos olvidemos de la escalera… Colocar cuadros en estilo escalonado te acompañará en el desplazamiento por la misma, dando sensación de continuidad. Por ese motivo debes seguir la inclinación de ésta. Eso sí, siempre que queden a la altura de los ojos.
Apoyados sobre muebles, estantes o en el suelo
Deja a un lado los taladros y agujeros. Ahora es tendencia dejarlos tal cual, simplemente apoyados sobre una cómoda, una consola o un mueble especial. Si no quieres que el cuadro resbale utiliza tiras adhesivas de doble cara en la parte que toca a la pared, así evitarás que se muevan.
Otra manera diferente e interesante de poner cuadros en casa es la de ubicarlos sobre estantes que fijamos a la pared. Instala un estante bien largo de pared a pared con varias obras de diferentes tamaños, puedes situarlos más ordenados y separados, o superponerlos según crezca tu colección.
O combina varias repisas, una bajo la otra, también con gran variedad de cuadros, fotografías y láminas, para darle todo el protagonismo a tu pared. Puedes además colocar otros objetos para acompañar a la decoración.
Si son muy grandes, puedes colocarlos directamente en el suelo ¡Me encantan! Lo único, que no es muy práctico para el tema de la limpieza, y prohibido si tienes niños pequeños o mascotas. ¡Pero quedan genial!
En mi caso, me gusta poder cambiar los cuadros según la temporada del año. Y de esta forma, puedes variar colocaciones y tamaños sin tener que hacer distintos agujeros…
Llegó el esperado momento: toca trasladar tu composición a la pared
Para ello debes tener en cuenta estos últimos tres temas que te resumo a continuación. Tampoco pretendo hacer una guía de bricolaje casero.
Sistema de colgado. Piensa antes en el sistema de colgado de cada cuadro. Si optas por el sistema tradicional de clavos o cuelga fácil, estudia desde dónde se cuelga cada cuadro. ¿De un punto central en la parte trasera? ¿De dos puntos laterales?
Si, por el contrario, optas por sistemas alternativos como tiras adhesivas para no hacer agujeros en las paredes, debes valorar en dónde se colocan estas cintas. Lo normal es colocar dos por cada cuadro, una en cada lateral en la parte superior.
Usa guías. Para colgar cuadros muy pesados o espejos, las guías serán tu mejor opción. Gracias a su sujeción superior, podrás añadir anclajes adicionales que fijarán y asegurarán a la perfección el cuadro.
Empieza por el centro. Siempre antes de empezar a colgar: lo ideal es que la parte central de la composición se sitúe a la altura de los ojos. Aproximadamente a 160 centímetros del suelo.Escoge entonces un cuadro central que te sirva como referencia y cuélgalo. A partir de ahí podrás medir las distancias a derecha e izquierda en los que situar el resto de los cuadros. Ahora vete marcando y colgando uno a uno los cuadros. De esta manera podrás ir comprobando si vas bien. Y estarás a tiempo de rectificar, si fuera necesario.
Es posible que con todo lo que te hemos aportado en este post, todavía sientas “miedo escénico” a la hora de distribuir tus cuadros, porque al final se trata de empezar a hacer agujeros en tu pared inmaculada. Si necesitas un consejo más específico, estaríamos encantados de ayudarte, pues precisamente encajaría en uno de nuestros servicios de asesoramiento deco personalizado por horas. ¿Contactas con nosotros y hablamos