Peter Weber: la magia del pliegue en una obra contemporánea cautivadora
Apertura Madrid Gallery Weekend
Coincidiendo con el fin de semana de Apertura Madrid Gallery Weekend, la galería Marita Segovia ha inaugurado una exposición de un artista de cuya obra estoy enamorada.
Forma parte de un evento que no te debes perder, en el que participan 48 galerías de arte y museos madrileños, que inauguran de forma coordinada y simultáneamente exposiciones de arte contemporáneo de más de 100 artistas en un período realmente breve. Apenas unos días durante este mes de septiembre, en la que ha sido su XI edición.
Además de exposiciones en sus formatos habituales, se añaden recorridos por la ciudad de Madrid para descubrir y conocer mejor ciertas obras y proyectos de arte contemporáneo. De tal manera que las piezas están alojadas también en calles, plazas y edificios singulares.
Músico y artista a la vez
Peter Weber, nacido en 1944 cerca de Múnich, es un reconocido artista y músico de jazz, representante del movimiento «Concrete Art» y del «constructivismo plegado», que ha mostrado sus coloridas obras en museos y galerías de Alemania y otras partes del mundo, como Estados Unidos o Canadá.
Inicialmente formado como maquinista, sus estudios en la Universidad de Ciencias Aplicadas (Fachhochschule) de Hamburgo con Max H. Mahlmann tuvieron una influencia decisiva en él. Su maestro fue un artista geométrico constructivista.
Los primeros pasos creativos de Peter Weber los realizó en el campo del diseño gráfico. Durante un tiempo fue profesor de arte y diseño y comenzó a dedicarse al constructivismo plegado a mediados de los 70, entregándose exclusivamente a este estilo a partir de los años 90.
De esta manera, las obras plegadas en papel, algodón, materiales sintéticos e incluso acero ahora dominan su trabajo artístico. Y desde 2001, el fieltro se ha convertido en la base principal para materializar sus piezas.
El constructivismo plegado y la psicología de la percepción
Weber quedó fascinado por el fenómeno del plegamiento y la diversidad matemática de esta técnica. Desarrollando los pliegues y los surcos en materiales como el papel, fieltro, HDPE (polietileno de alta densidad) o el metal, forman unos diseños rítmicos que juegan con la psicología de la percepción. Son superficies que podrían extenderse hasta el infinito.
Cuando te indican y realmente comprendes que la obra está realizada de una sola pieza, a base de pliegues, sin costuras, sin cortes ni pegamento, vuelve a sorprenderte y fascinarte de nuevo. No te quedas indiferente. Es más, la precisión es tal que te das cuenta de que durante el desarrollo de la pieza no ha podido equivocarse en ningún pliegue, porque los materiales y sus superficies están perfectos. Sin marcas.
Al final, estas obras, por ser tridimensionales, están a medio camino entre la pintura y la escultura. Una pintura conseguida por un único material que al principio pudiera resultar monótono, pero que adquiere sus tonalidades al formarse los pliegues y las sombras. Recordemos que uno de los principios del constructivismo es precisamente su renuncia al color como elemento pictórico: el color es la superficie óptica idealizada de los objetos.
Enhorabuena al artista y también a la galerista, que combina a la perfección la obra contemporánea con piezas de muy diversos estilos. Merece la pena la visita para ver todo el conjunto.