Antes de abordar el uso y la elección del color en tu proyecto de decoración (ya sea de tu casa, lugar de trabajo o tan sólo una habitación), no debes olvidar que son muchos los factores a tener en cuenta y que pueden condicionarnos. Desde las dimensiones de la habitación, su finalidad (salón, cuarto de estar, cocina o dormitorio) hasta el acabado del mobiliario, telas y demás elementos que formarán parte de la estancia. Sin olvidarnos obviamente de nuestros gustos y preferencias.

Y digo obviamente, porque no deja de asombrarme cuando me enseñan casas decoradas por terceros, la falta de sensibilidad cuando se han utilizado determinados colores que podríamos considerar “predominantes”, sin haberse interesado previamente por los gustos de las personas que contratan el proyecto y que casi siempre serán los que vayan a habitarlas. El gusto y las preferencias son puntos de partida que en mi caso tengo muy en cuenta antes de empezar. Otra cuestión es que no sean los más indicados, como podremos ver a continuación…

El impacto emocional de los colores

Los colores y su combinación en el proceso de elección de materiales y texturas de nuestro entorno constituyen en la decoración una parte muy importante por su efecto emocional, ya que las personas reaccionamos de forma diferente ante ellos. Eso les convierte en un elemento subjetivo importantísimo a la hora de definir nuestra casa.

Es aconsejable plantearte una selección de los colores que te gustarían que estuvieran presentes. Una referencia podrían ser las combinaciones de colores que se encuentran en la naturaleza y que resultan agradables a la vista. Una buena planificación de la decoración te ayudará a conseguir el resultado deseado.

Si te falta orientación y no has leído los posts anteriores, te recomiendo que inviertas un poco de tu tiempo y les eches un vistazo. En ellos hablo del concepto y la importancia del círculo cromático, de las propiedades del color, de los colores fríos y calientes, de los neutros, de la regla 60-30-10…  Y al final, toda esta teoría no es tan “teórica”, valga la redundancia. Nos va a proporcionar referencias interesantísimas. Y comprenderás por qué unas combinaciones encajan y otras no tanto.

Por supuesto no te desanimes si no coincides con los gustos generales o los que están de moda en un determinado momento. Piensa que lo que se lleva ahora es pasajero, y normalmente las casas no evolucionan tan rápidamente como pretenden los creadores de tendencias. Lo importante es pensar que estás decorando tu casa, el espacio en el que vas a vivir tú y tu familia, y tiene que reflejar tus gustos.

Tanto si has aterrizado directamente aquí o has ido avanzando a lo largo del blog, seguirás necesitando una orientación. Por eso sigo escribiendo, y antes de decidir de qué color vas a pintar o vestir una estancia, te recomiendo que sigas esta pequeña guía.

Si quieres agrandar un espacio emplea colores fríos

Crearás la ilusión de que las paredes se alejan, haciendo las estancias visualmente más grandes. Un pasillo estrecho, por ejemplo, adquiere aspecto de mayor anchura si está pintado con un color frío. Es el caso de los violetas, azules y verdes. Pueden ser idóneos para un dormitorio, o un cuarto de baño, estancias que por regla general cuentan con menos metros cuadrados que un salón, por ejemplo.

En cambio, cuando un elemento se pinta con colores cálidos da la sensación de que se agrandan y se encuentran más cerca de nosotros. Y por lo tanto, hacen los espacios más pequeños visualmente. Hablamos de rojo, naranja, amarillo, fucsia, y toda la gama de tonalidades de los mismos.

Si no tienes esa necesidad imperiosa por agrandar, puedes recurrir a los colores neutros, que  tal vez sean los más utilizados en todas las superficies y materiales en la decoración de interiores.

Abarcan el blanco, el negro, toda la gama de grises y las tonalidades agrisadas. También podemos incluir entre ellos a los colores naturales. Con el beige a la cabeza, hablamos de tonalidades terrosas, marrones y cremas. Son tonos que se llevan muy bien con casi todo, con los colores puros y de tonalidades intensas.

Y estarás de acuerdo conmigo en que el blanco es sin duda el más utilizado en la práctica, el “comodín” para combinar con otros colores, ya que destaca hasta la tonalidad más suave en ambientes luminosos o con poca iluminación, y también es el contraste perfecto para tonos puros y oscuros.

Esquemas de color aplicados a la decoración. ¡Y dale con el círculo cromático!

Los esquemas de color definen la variedad de combinaciones posibles y acertadas para obtener un ambiente equilibrado, basados en la disposición de los colores en el círculo cromático. Por cierto… ¿Tuviste un momento para leerte los otros posts anteriores del blog?

Al elegir el esquema de color de una habitación, recuerda que el equilibrio se logra mejor con una mezcla de colores cálidos y fríos.

Hay varias alternativas para hacer un buen uso de la rueda de color en decoración. Si quieres conseguir un ambiente armónico tendrás que centrarte en aquellos colores que se encuentran próximos entre sí en la rueda. Usa como máximo dos o tres de ellos.

Para estancias monocromas escoge tu color preferido y utiliza toda su gama de matices, tonalidades e intensidades. Esto hará que se cree una sensación de continuidad en tu decoración. Si lo que quieres es conseguir una decoración de contrastes deberás escoger dos colores opuestos en el círculo y combinarlos. Con este tipo de elección de colores crearás espacios intensos y llamativos.

Todos queremos más metros cuadrados. ¿Y qué tal un poco de contraste de colores en tus paredes?

Existen hermosos colores por sí mismos, colores que podrían verse igualmente de especiales con una combinación de tonalidades neutras o blancos, pero que adquieren otro carácter y pueden no verse tan agradables en compañía de otros tonos intensos o mal combinados. De eso trata el uso de esquemas de color que acabamos de comentar.

Teniendo en cuenta estos conceptos, es necesario saber que uno de los recursos más efectivos para modificar el aspecto de un espacio es el empleo de diferentes colores para pintar las paredes de una misma estancia.

Estamos hablando de jugar con los colores y sus tonalidades. Pintar de forma diferente las paredes laterales, del fondo o del techo provoca sensaciones de espacio muy diferentes creando así contrastes. Mediante este recurso podemos modificar las proporciones aparentes de los espacios, creando diversos efectos visuales que hacen que veamos un espacio más amplio o más pequeño, estrecho o ancho, alto o bajo. Todo esto es útil para decorar aquellos espacios cuyas dimensiones no son las deseadas. ¡Qué rabia da cuando compras una casa sobre plano y luego no cunde tanto como pensabas!

¡Qué me dices! ¿Que un color oscuro agranda?

Pues sí. Y para que te hagas a la idea, incorporo aquí al lado una imagen en la que puedes ver los efectos provocados en función de qué paredes pintamos en blanco o en tonos oscuros.

Todo es cuestión de realizar una combinación cuyo resultado sea el efecto deseado. Desde rebajar la altura del techo a ampliar la sensación de espacio. Todo es posible si sabemos cómo combinar las tonalidades utilizadas. Y un color oscuro podría ser la solución.

Rebajar el techo. Si pintas el techo de un color intenso, crearás la ilusión de un espacio amplio pero la habitación parecerá más baja.

Cierto es que los colores oscuros empequeñecen el espacio y producen sensación de ahogo. Pero utilizados correctamente nos pueden ayudar a crear el efecto visual adecuado. Por ejemplo, si los utilizamos para pintar techos altos en habitaciones o pasillos pequeños y estrechos, podemos conseguir un efecto de achatamiento que nos ayude a agrandar el espacio. Así conseguiremos ampliar espacios incluso mediante el empleo de estos colores.

En la próxima entrega abordaré otro tema interesantísimo, y es la luz. Está claro que no es lo mismo vivir en un primer piso que en un ático. Pero veremos trucos que nos ayudarán a conseguir habitaciones más amplias y luminosas.